«Yo no digo que sea mucho, lo único que digo, es que es mucho para mí»
El tiempo, las manecillas del reloj avanzando en la misma dirección, la progresión de los números en un digital, o el tictac de los segundos de un reloj de pared, si, es el mismo para todos. Por eso me encanta hablar de cosas universales.
El amor, la felicidad, la tristeza, la pena, el dolor, algo que suponemos universal, ha resultado no serlo. El sentimiento, es reconocido por todas las personas. Pero el amor, en sí, es tan diferente como parejas haya en el mundo. Y cada vez que dos personas se unen, es una nueva forma de querer totalmente distinta a todas las demás y encima, será una variedad que, aunque ya hayas conocido de una forma, será diferente en todos los sentidos, y comparada, inconscientemente, con la anterior. Me explico: la mente recuerda que ya pasaste por ese parque hace algún tiempo de la mano de otra persona, que ya estuviste en ese restaurante o tumbada en el mismo césped. Ya entendéis lo que quiero decir. No sé si te sentías mejor o peor, pero segurísimo que no te sentías igual de la mano de esta persona.
¿Sabéis por qué me encanta hablar de lo universal? Porque tampoco lo es. Pensamos que hay cosas que son así porque así se ha establecido, pero no es cierto.
Que haga 21 grados para todo el mundo no significa que la primavera, con sus 21 grados de sol, no nos haga ver al mismo tiempo gente con chaqueta, pantalón largo y botas y gente con tirantes, pantalón corto y sandalias…
Que un día, afortunado de ti, hayas dormido 10 horas no significa que hayas descansado lo que una persona acostumbrada a dormir 6, o que llevara esas 10 horas trabajando…
Que un día de pleno de verano, de playa intensa, de sol abrasador, estemos dos personas compitiendo por ver quién se pone más moreno, no significa que la marca del bañador tenga la misma intensidad para los dos…
Y la que más me gusta; que a una persona que ha dejado pasar un mes, como otro cualquiera, no significa que un mes sea poco tiempo para el que hace 30 días empezó un reto, que no ver caer sudor por la frente no significa que no haya esfuerzo.
Que yo no digo que un mes sea mucho, lo único que digo es que es mucho para mí
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