“La vida ya es difícil, a cada paso, a cada segundo…” al menos siempre queda bien decirlo cuando nos preguntamos por qué, o cómo solucionarlo. “Es ley de vida” decimos, como si la respuesta fuera esperar sentado…

Quizá después de un tiempo cuando todo pasa sin haber respondido al por qué, es cuando nos arrepentimos de haber pensado, de haberle dado vueltas a una ley absurda que alguien inventó por inútil cuando no tenía ganas de luchar, por no haberle dado rienda suelta a una cuerda que nosotros mismos hemos cortado para no sufrir, por desconfiar de la única persona en la vida que te ha dicho “te quiero” sintiéndolo de verdad solo porque una vez, alguien muy cabrón, se aprovechó de nuestra inocencia…

 
La realidad, es que si alguien tuviera la respuesta, nadie se preguntaría por qué… seguiríamos sufriendo, si… pero ¡sin miedo a sufrir!