La Antonia en una mujer normal, cotidiana, ama de casa, madre, esposa, trabajadora, hermana e hija.

Trabaja en el turno de noche de un Hospital privado en la planta de los adictos, tiene dos hijos adolescentes – más bien entrando en la adolescencia – y ella debe rozar los 50 o así. Su maridito le trae por la calle de la amargura pero como alternan los turnos coinciden poco despiertos. Aunque en esta etapa parece que funcionan mejor. Después de más de 20 años de matrimonio o te lo tomas con otra filosofía o le mandas a paseo cada día.

Todo el mundo que la conoce piensa que lleva algo en el bolso para ser así o que lo roba en el trabajo. Es positiva, extrovertida, lo mismo te baila una sevillana que te da un sermón que te cambia la vida. Es la protagonista de cualquier sarao sin quererlo. Es la canción de «Solo se vive una vez» de las azúcar moreno.

El caso es que La Antonia trabajó en Nochevieja y este año se tomó las uvas por videollamada con su marido y sus hijos. Cuando amaneció el día 1 tenía un
WhatsApp de una de sus sobrinas en pantalón corto, en la playa, con un racimo de uvas en una mano y una cerveza en la otra y deseándole Feliz Año Nuevo desde Tailandia con una sonrisa acojonante. Imagínate La Antonia cuando ve eso.. vamos que se cogía la maleta y se iba rapidito en el primer vuelo que hubiera.

<<En fin… esta noche me planto la camisa nueva y me voy a cenar con mi marido>>

Abre el whatsap: Mi amor, tenemos que cambiar la cita, me han puesto turno de noche pero no te preocupes que te lo recompensaré (guiño con beso de corazón)

<<Empiezo el blíster>>

  • ¿Mamaaaaaa te vas a poner la camisa nueva? – le gritó su hija desde la habitación. <<No hija… estrénala tú…>>
  • Mi niño ven a darme un beso hijo – «Hoy es noche de sexo voy a deborarte nena linda»

Volvió a coger el móvil, devolvió el blíster a la mesilla, <<Tú me dirás qué pinto yo en Tailandia en pleno diciembre en bikini si diciembre es para pasar frío, y tomando una cerveza fresquita que está más buena que la madre que lo parió pero no están como los canapés de mi hermana que me tengo que liar ahora a ayudarla a preparar la comida de Navidad, que ni pone morena ni na´. Y luego un racimo de uvas que dan indigestión que yo con 12 que me tomé ayer voy servida pa´ tol el año. En una hamaca tan ricamente rodeada de gente que no conozco… ¡Ni hablar! me voy a casa de mi hermana con mi cuadro de familia a cuestas. Con una pastilla menos, eso sí…>>