Este fue uno de los primeros cuadros que hice en punto de cruz cuando me lancé a coser sin patrón.

Valiente de mí, cogí un cuaderno en A4 con cuadricula grande, ni siquiera de los que tienen la cuadricula pequeña para ayudar a escribir a los niños y me puse a hacer cruces hasta que dibujé la sandía que quería y que seguramente habría visto en alguna imagen que me hubiera gustado desde donde saqué la idea.

Me parecía un dibujo sencillo con 3 colores. Lo intenté plasmar en lápiz sobre la tela (esto no se debe hacer), elegí los tonos y a coser.

A pesar de que me salió una pepita demasiado grande, la primera que cosí, no me pareció muy feo. Creo que los defectos forman parte de mi esencia al coser ya que no suelo seguir mucho los patrones.

Se aprecia claramente que no tiene la redondez natural de la sandía y que los cortes no son nada limpios, de hecho, es un cuadro muy rígido que se puede apreciar en los cambios bruscos de color.

Le puse un marco que le hiciera resaltar un poco pero normalmente me gustan los marcos negros, que no llamen la atención, para que destaque lo de dentro.

A día de hoy está colgado en la cocina de mis padres y eso me hace mucha ilusión.