Hace tiempo que tenía ganas de probar algo diferente y en mitad del confinamiento me llegó un regalo de cumpleaños que me ayudó bastante a mantener los pensamientos entretenidos.

Últimamente está muy de moda los libros de colorear para adultos. Normalmente se trata de «Mandalas» en blanco y negro, que puedes rellenar con la combinación de colores que quieras. Pero como a mi no me gusta eso de hacer cosas que se queden en un libro y ya está, este regalo unía muchas de las cosas que me gustan: algo que no había hecho nunca, algo que podría usar de decoración (siempre que me gustara el resultado) y un resultado final que tenía muy buena pinta.

Lo primero que me pasó al ver la tela de lienzo es que era demasiado grande para la mesa de trabajo que tengo, la tela era de 40×50. Así que tuve que trabajar por partes dejándolas secar después de trabajarlas alternativamente.

Lo segundo es que los huecos de los números eran demasiado pequeños, eso hacía que a veces la numeración estuviera fuera del hueco y si pintabas encima perdieras la referencia. Pero está todo pensado. Dentro del paquete viene una lupa para que puedas ver los números en aumento y un mapa en papel tamaño A4 en blanco y negro para que puedas seguir si te pierdes. También viene la imagen del resultado en tamaño postal.

¿Por dónde empiezo?

Como nunca había hecho esto antes, no sabía por dónde empezar así que elegí un color y empecé a pintar todos los huecos que hubiera con el mismo número y…. ¡Error! Mi primer error fue elegir un color oscuro para empezar ya que si tienes un color claro al rededor y te sales de la línea es más fácil disimularlo con un color oscuro encima que al revés.

Otra cosa que te vas dando cuenta según avanzas es que parece más sencillo de lo que es. Desde pequeños nos ha enseñado a pintar sin salirnos de la ralla pero no en esas dimensiones tan pequeñas y con los pinceles que vienen en el paquete. Venían tres pinceles, uno muy finito, otro un poco más poblado y un tercero más grande para los huecos más grandes. Finalmente yo solo usé el más pequeñito. Me resultó el más práctico ya que evitaba que me saliera de los huecos aunque fuera un poco más lenta.

Y si todavía tienes dudas porque no sabes si te va a gustar, mi opinión después de terminarlo es que ha merecido la pena el resultado. Solo hay que verlo, pero claro…. hay que tener muchísima paciencia, más que para cualquier otro proyecto de los que he hecho hasta ahora, tiempo y sobre todo ganas. Si te falta alguna de estas 3 cosas puedes ir pensando en otro proyecto que no sea este. Eso sí… mientras estuve pintando, mi mente no pensó en nada más.

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